Algunas personas miran al mundo y dicen: ¿Por qué? Otras, miramos al mundo y decimos: ¿Por qué no?

domingo, 21 de abril de 2013

El mundo cambia con tu ejemplo, no con tu opinión.


Un día, de pronto, descubrimos que tenemos un sueño, la solicitud más o menos formal e imperiosa de crear un nuevo espacio en nuestras vidas. Al sueño le ponemos una etiqueta, ya sea pareja, trabajo, proyecto de vida o hijos. Da igual. A partir de ese momento, esa etiqueta se convierte en nuestro gentilicio, pues al fin y al cabo todos somos del lugar de donde provienen nuestros sueños. Sueños que, tarde o temprano y te pongas como te pongas, te acabarán exigiendo un lugar con su correspondiente aire para respirar y hacerse realidad. Un espacio que jamás podrá medirse por metros cúbicos.
Así que luchamos por darle a nuestro sueño el espacio que se merece. Salimos, nos arrejuntamos, nos divorciamos, nos mudamos de ciudad, de país o de sector industrial, montamos un estudio, una habitación o cambiamos de ginecólogo. Movimientos de espacio que llevan su tiempo. Tiempo despacio que mueve a llevarse.

Y así es como abrimos espacios, así es como progresamos, creando un futuro mejor para los que vienen detrás. Así es como recogimos el testigo de nuestros padres, defendiendo la dignidad de su legado y luchando con uñas y dientes para dejar un espacio mejor que el que nos encontramos. Pedimos créditos, nos endeudamos, vendimos a precio de saldo el tiempo que nos quedaba para pagar varias veces y con creces el espacio ocupado. Construimos. Firmamos.
José Luis Sampedro dijo que no abandonásemos nunca la lucha y así será,¡NUNCA ACABARÁ MI LUCHA! Porque el mundo necesita gente que ame lo que hace.

No hay comentarios:

Publicar un comentario