Cuando falleció mi abuela, de cosas materiales, solo quise quedarme con su fular de invierno que le regalamos con mucho cariño y a mí me abriga abrazado al cuello. También con su bata roja de estar por casa, que con tanto cariño me sigo poniendo para recibir a mi gente (o para vídeo-llamadas) y tantas veces me han hecho bromas de esa bata de abuela que llevo puesta, sí, de mi abuela. Además de con las pulseras de manualidades que ella llevaba siempre puestas.
Puede parecer insignificante, pero para mí significa mucho.
Recuerdo que los primeros días las pulseras decidí repartirlas entre personas que yo creía que ella quisiese que las tuviese y que las valorarían de manera muy especial. Tenía varias de abalorios y cuerdas. Pero no recuerdo si hice llegar todas a sus destinatarios/as o en algún momento paré el proceso sin retomarlo... 🤔
Y, desde entonces, una frase me acompaña siempre: ''Pero nunca se van del todo, porque aquello que nos han dado y dejado es nuestro para siempre''.
Contigo pero sin ti. 💖🧓🏻
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